Recomiendo para quienes buscan tranquilidad

El lugar es simplemente impresionante, Charo nos recibió con una sonrisa y nos llevó a un salón donde había sillones cómodos, libros y hasta una hamaca. Pasamos tanto tiempo allí que decidimos quedarnos a disfrutar de la tranquilidad en lugar de salir. Te hace sentir como en casa, realmente.

No fue barato, pero vale la pena.

Casona rústica transformada en posada, habitaciones amplias con decoración cuidada, terraza grande con vistas al paisaje.

El sofá de la sala común no es el más cómodo y el suelo de madera cruje mucho. si te alojas en la planta baja, es probable que oigas las conversaciones de los de arriba. También, ¡necesitan mejorar la insonorización!!!

La habitación contaba con terraza y vistas espectaculares, pero

la insonorización no era la mejor, ya que se escuchaban algunos ruidos de las habitaciones vecinas. A pesar de eso, la atención de Nieves durante el desayuno fue excelente y el ambiente acogedor.

1. Desayuno espectacular
2. Habitaciones amplias
3. Atención excepcional

1. Crujir del suelo
2. Falta de ducha

El desayuno fue increíble, todo muy rico.

La habitación era acogedora, con un tragaluz fantástico que aporta luz natural y un ambiente cómodo para descansar. El desayuno fue un festín de productos frescos, con embutidos y postres caseros que de verdad marcan la diferencia.

El olor a humedad en la habitación al entrar resultó muy desagradable. La calefacción no funcionaba y fue complicado lidiar con el frío, además de que la bañera de hidromasaje era ruidosa y no pudimos disfrutarla en paz. notamos que se escuchaba bastante el crujido del suelo, algo que afectó a nuestra experiencia.

Habitaciones separadas y cómodas.

La Posada El Ángel de la Guarda es como un abrazo cálido en forma de hotel. La habitación que tenía un balcón era tan amplia que podría haber hecho una fiesta de té en ella. Además, despertar con vistas al jardín es mejor que cualquier alarma. ¡Y el desayuno! Tenía más opciones que una tienda de postres, desde mermeladas caseras hasta panes recién horneados, un verdadero festín matutino.

Ruido del suelo

Fue una gran elección para una visita rápida en Güemes con una buena relación calidad-precio. El desayuno fue increíble, con productos caseros y mucha variedad. Para disfrutar más, asegúrate de reservar tiempo para relajarte en las instalaciones.

Estuve en la Posada El Ángel de la Guarda y me encantó. La combinación de materiales rústicos, como la madera y la piedra, crea un ambiente acogedor y cálido. El desayuno, con productos frescos y caseros, fue uno de los mejores que he probado. Aunque el crujido del suelo es notable, el encanto del lugar lo compensa.

El lugar es encantador, con un salón acogedor y una decoración que realmente te relaja. Las habitaciones son amplias y tienen un balcón donde puedes disfrutar de unas vistas increíbles.

Me sentí totalmente como en casa, no tengo ninguna pega.

El ambiente en el hotel es muy acogedor, decorado con un toque rústico y moderno. La habitación era amplia y cómoda, con un balcón donde disfruté de vistas al jardín. El desayuno fue fenomenal, con pasteles y quesos caseros que sabían a gloria. La atención de Inés fue excepcional, siempre atenta a que no faltara nada.

El suelo de madera cruje bastante, lo que puede ser un poco molesto.

El desayuno fue una maravilla, con tanta variedad que no sabías por dónde empezar. ¡Desde frutas frescas hasta tortillas! La habitación tenía unas vistas preciosas al valle, gracias a su amplio balcón. Además, el trato de Inés fue excepcional, haciéndonos sentir como en casa.

Cuidado si vas en temporada baja, ya que las opciones para cenar son limitadas según el día. Pero todo lo demás brilló con luz propia.

El entorno es una maravilla, rodeado de naturaleza y muy tranquilo. La decoración de la casa es espectacular, con un toque rústico y acogedor que te hace sentir como en casa. La habitación fue amplísima, con una cama cómoda. El desayuno fue inolvidable, lleno de opciones caseras y deliciosas, como fruta fresca y embutidos. Inés, quien se encargó de nuestro desayuno, fue muy atenta. Sin embargo, me sorprendió que no había ducha en el baño, solo una bañera. Además, el suelo de madera cruje bastante, algo que puede ser problemático por el ruido.